Inmigración planificada

Como todo en Canadá, me llamó la atención la planificación que tienen para el control de la inmigración.

Desconozco el nivel del programa en cada zona del país, pero en concreto, describiré algunos aspectos del programa según el gobierno de Montreal.

Tras un largo proceso que puede durar hasta dos años, el candidato supera el programa de inmigración con un puntaje según una baremación tipificada.

Algunos aspectos por los que te otorgan puntos y que serán objeto del comentario de este post son:
  • estar casado
  • tener hijos
  • titulación
  • idioma
Intentan por todos los medios que no vayas solo al país. Si vas con tu esposa, hijos y padres mucho mejor. ¿Qué pretenden con esto? Sencillo, que te establezcas en el país de manera definitiva y no tengas la tentación (o necesidad) de regresar.

Según la titulación profesional demostrada, ellos te planifican la insercción laboral, concertando incluso entrevistas con empresas.

Por el último el idioma; si sabes francés obviamente obtienes la máxima puntuación, pero si no lo sabes no hay problemas, ellos te pagan un curso intensivo en cuanto llegas al país y, mientras tanto, te pagan un subsidio hasta que encuentres trabajo.

Además, otros incentivos que te dan cuando entras al país con el programa aprobado son:
  • tarjeta mensual de transporte público (bus y metro).
  • cesta de la compra por valor de CA$200 al mes.
  • subvencionan el 50% de la vivienda alquilada durante los 6 primeros meses.
Ah, y lo más importante: cuando te aprueban el programa, te dan una palmadita en la espalda con la siguiente frase: "bienvenido, esperamos que tenga muchos hijos en nuestro país".

Tal vez esta última frase describa el "porqué" de esta planificación tan bien organizada para atraer a inmigrantes.

Obviamente todo esto no suena tan bonito cuando compruebas que la ciudad de Montreal es famosa por sus seis largos meses de invierno y con una temperatura media de -10,4°C y pudiendo registrar mínimas de hasta -40°C. Por mucha "ciudad subterránea" que tengan, salir de tu casa un día y otro sin ver la luz de la cervecería más próxima, perdón, la luz del sol, pasa factura.

Independientemente de lo INCREIBLE que sea la ciudad (lo afirmo), supongo que ahí está el otro lado de la balanza. Cada uno tendrá su propia historia que justificaría medidas como esta y, por supuesto, todas serían respetables.

Manuel, mi amigo colombiano, me contó todo esto allí mismo cuando apenas llevaba una semana disfrutando de su nueva condición de ciudadano de montreal acogido a dicho plan. Así que ya me contará con el tiempo qué tal le fue. Espero que de fábula!

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